En cada lección exploramos una forma de movimiento distinta que involucra a todo el cuerpo y la vamos integrando de a poco.
El cuerpo las ama sencillamente porque están en nuestra memoria ancestral. Muchas las practicábamos de niños. Están engramadas en lo profundo de nuestra anatomía y fisiología.
Por seguir esta naturalidad, el cuerpo por si solo se va alineando, regenerando. Los nutrientes, la sangre, el oxígeno, vuelven a circular por las áreas endurecidas. Se eliminan los desechos que enferman nuestras articulaciones y ligamentos.
Hay un ritmo, un “pulsar” durante toda la clase que hace que este ciclo de regeneración se habilite. Hacemos pausas, y en ellas, el cuerpo se organiza y aprende lo nuevo que han traído los movimientos.
Los órganos son “masajeados” y revitalizados por la naturaleza rítmica de los movimientos.
La lecciones nos liberan de patrones constrictivos de ansiedad. Nos devuelven el balance y flexibilidad. Nos dan bienestar.
Lo más interesante quizás, es que los movimientos abren el ánimo y despiertan los sentidos. Hay una relación muy intima entre la salud del cuerpo, el ánimo y la percepción.
Lo que nos llevamos de vuelta a nuestra vida diaria es un sentimiento de liviandad que nutre la convivencia con otros.
4662-1768 / 15 3374 9099 libertadymovimientos@yahoo.com.ar
El cuerpo las ama sencillamente porque están en nuestra memoria ancestral. Muchas las practicábamos de niños. Están engramadas en lo profundo de nuestra anatomía y fisiología.
Por seguir esta naturalidad, el cuerpo por si solo se va alineando, regenerando. Los nutrientes, la sangre, el oxígeno, vuelven a circular por las áreas endurecidas. Se eliminan los desechos que enferman nuestras articulaciones y ligamentos.
Hay un ritmo, un “pulsar” durante toda la clase que hace que este ciclo de regeneración se habilite. Hacemos pausas, y en ellas, el cuerpo se organiza y aprende lo nuevo que han traído los movimientos.
Los órganos son “masajeados” y revitalizados por la naturaleza rítmica de los movimientos.
La lecciones nos liberan de patrones constrictivos de ansiedad. Nos devuelven el balance y flexibilidad. Nos dan bienestar.
Lo más interesante quizás, es que los movimientos abren el ánimo y despiertan los sentidos. Hay una relación muy intima entre la salud del cuerpo, el ánimo y la percepción.
Lo que nos llevamos de vuelta a nuestra vida diaria es un sentimiento de liviandad que nutre la convivencia con otros.
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